sábado, 27 de febrero de 2010

El culé airado. La gran mentira del fútbol

No se preocupen, que no voy a hablar de relañismos ni de estupideces similares. Esas no son neuras del fútbol, lo son de cierto tipo de prensa, y al final pueden ser inocuas, aunque por el camino dejen un reguero de mal rollito y mala baba... No, a lo que me refiero en el título de este envío es algo más profundo, que puede hacer más daño y que nos da más motivos para la indignación. O debería ser así, vaya. A no ser que estemos ya tan vacunados contra todo que moralmente andemos insensibles...

La cuestión es que la espiral de desenfrenado gasto en la que se ha instalado el fútbol en buena lógica merecería moralmente todo nuestro desprecio, sobre todo en estos atribulados tiempos, pero los aficionados nos acabamos cubriendo bajo el parapeto de la iniciativa privada... Los equipos son empresas particulares, ellos sabrán qué hacen con sus dineros. Observábamos como en Inglaterra magnates yanquis, rusos o árabes compraban equipos como quien va al super de la esquina a hacer la compra semanal y pensábamos, envidiosos, cómo les sobra el dinero a algunos. En España se fichan cracks a precio de pepinillos, fundiendo patrimonio propio o acudiendo a créditos bancarios, que para eso están los bancos, para ayudar a empresas con solvencia económica y futuro... además de que papá Estado lo ponía fácil con una política impositiva muy atrayente para el modesto trabajador extranjero que viene al país a ganarse los euros para mantener su familia, que ya se sabe que esto beneficiaba mucho a la economía nacional... pero estoy divagando irónicamente.

Mientras bastante gente protestaba indignada, los rectores económicos de los clubes y prensa afín les recriminiban cariñosamente... miren ustedes que esto es una inversión, que se va a amortizar en poquito tiempo, que los cracks futboleros son como el rey Midas, todo lo convierten en oro....  en breve ataremos los perros con longanizas, ya verán. Y aunque éramos unos cuantos los que lo poníamos en duda, al no entender por qué, si esto era cierto, los equipos seguían con deudas estatosféricas tras años de hacer tan estupendas inversiones... Pero callábamos en nuestra incultura sobre asuntos económicos, y pensábamos que doctores tiene la Iglesia, y que ellos sabrán cosas que nosotros ignoramos... Así que hale, viva la Pepa, y que nuestros equipos favoritos sigan gastando y comprando, y nosotros pidiendo que lo hagan, porque todo es bueno, bonito, y a la postre barato.

Pero claro, luego se pueden leer artículos como el publicado por El País esta semana, y se nos rompen los esquemas. Si el fútbol es un negocio tan próspero, ¿cómo es posible que ande en Europa con una deuda de 6.300 millones de euros,  y que encima el grueso de esta deuda se reparta entre los dos países donde se pensaba que la inversión merecía la pena, Inglaterra y España? ¿Cómo se entiende que esto ocurra además en los países que más tajada sacan de los ingresos por televisión? El caso inglés es incluso más incomprensible, al acumular más de la mitad de esa deuda y sin embargo ser el país donde primero obtuvieron beneficios del fútbol televisado, atrayendo los ojos de inversores del calibre del señor Abramovich y similares...

Al final, solo queda la impresión de que ya no nos podemos creer nada, y que el fútbol, esta afición que amamos cuando durante dos horas asistimos al espectáculo deportivo, es un gigante con pies de barro, está instalado sobre una gran mentira que un buen día se tendrá que venir abajo con un estrépito tal que ríanse ustedes de la burbujita inmobiliaria esa... Porque además, sigamos riéndonos, cualquier medida que intentes tomar es agua de borrajas. Reducir las Ligas a un número razonable de equipos, disminuir el número de competiciones, poner un tope al dislate salarial de las grandes figuras... medidas que en cualquier negocio ruinoso serían lógicas, en el fútbol son impensables. Ni hablar de poner menos equipos en la gran competición, que la mayoría dependen de los ingresos que perciben por enfrentarse a los mejores. Nada de ofrecer menos competiciones, porque las televisiones exigen que haya mucho partido para amortizar la inversión hecha. Y por supuesto, rebajar los sueldos de los cracks... naranjas de la china, que se nos van al equipo que les pague más, hay que tenerles contentitos.

Todo un equipo de la Premier, el Portsmouth, ya ha declarado suspensión de pagos. Queda por ver si esto es un caso aislado, producto de los excesos económicos de un club humilde, o si es el primero del dominó que podría acabar cayendo pieza a pieza... Y sin embargo, si esta situación apocalíptica llegara a producirse... ¿sería tan malo? El fútbol no dejaría de existir, siempre habría competición, el aficionado tendría unos colores que apoyar, un espectáculo del que disfrutar. A un nivel más modesto, claro está. No estamos hablando de un negocio que se vendría abajo porque sus trabajadores cambiarían de profesión al cobrar menos... Siempre habría gente dispuesta a ganarse al vida jugando al fútbol. Y el talento acabaría aflorando de nuevo.

Y en ese caso, sería de esperar que se habría aprendido la lección y no se volvería a caer en los errores del pasado... Puestos a soñar... Entretanto, seguiremos disfrutando de lo bueno que da el fútbol, esperando que esa gran mentira no acabe derrumbándose... o mejor sí. Contradicciones que tiene la cosa.

Adeu i bona sort.
blog comments powered by Disqus
Related Posts with Thumbnails

¿Quieres ser redactor de EBV?

Tan solo tienes que enviarnos un mail a:

damsam@elbanquillovisitante.com
sergio@elbanquillovisitante.com

Especificanos la temática sobre la que te gustaría escribir y mándanos un artículo de prueba. Te contestaremos de inmediato.

Recuerda que esto lo hacemos por hobbie, no es un trabajo remunerado.

Animaos!!!

Portadas

La Liga

El video del día

El partido España vs Holanda en versión LEGO. Hay gente pa to.

La imagen del día

La imagen del día
Adriano, primer fichaje de la era Rosell

La frase del día

La frase del día

El humor de Gol sud

Archivo del blog

Ranking Wikio

Wikio – Top Blogs – Deportes
 

© 2008-2010 El Banquillo Visitante

EBV