Como era de esperar, el Valencia salió al Madrigal a pasearse, a regalarle tres puntos al submarino para que apure sus posibilidades europeas. El Valencia no dio pie con bola, tampoco lo intentó y así, ya se sabe, solo falta que te canten aquello de "que se besen...". Para que eso no ocurriera la obra teatral estuvo amenizada por una serie de faltas y algunos barullos que no venían a cuento, pero es que el partido era televisado y algo había que ofrecer.
El único que pareció tomarselo en serio fue Unai, que desde la banda animaba a sus jugadores como si estuviese en la final de la champions. A este hombre cualquier día le da algo. Incluso en el descuento, perdiendo 2-0 y sin nada en juego, Emery se empeñaba en atraer la atención del público con sus gestos exagerados y sus gritos de pasión futbolera. ¿A quién pretende convencer?.
En cuanto a los jugadores, los que mejor estuvieron fueron los que no jugaron. Todavía queda algún imbecil empeñado en vender humo que nos quiso hacer creer que disputarían el partido por aquello de que los que menos juegan quieren reivindicarse. Si no lo han hecho en liga, copa y UEFA, cuando había cosas en juego, por qué habían de hacerlo ahora.
Tras la buena campaña realizada cada jugador se embolsará 70.000 euros en concepto de prima, lo cual deja claro que los únicoa primos en esta historia somos los aficionados que vemos con sopor como partido tras partido se rien de nosotros y juegan a la ley del mínimo esfuerzo, logran el objetivo caminando y se llevan la pasta que no hay en caja.
Que nadie se equivoque, el Valencia acumula 68 puntos, una cifra muy alta, es verdad, pero en la liga española más débil de la historia. No hay más que echarle una ojeada a la tabla para darse cuenta de que, normalmente se necesitan 44 puntos para mantenerse en primera, y este año 44 puntos suma el Español que ocupa la 11ª posición, muestra inequívoca de la debilidad de los rivales.
Con el final de liga llega la siguiente fase de venta de humo; fichajes, traspasos, culebrones veraniegos..., mientras tanto, los 90 millones de euros que hace unos meses abonó el aficionado ché para salvar y democratizar al club, siguen en posesión de Tachin y compañia, las obras el estadio van camino del año y medio paradas, la deuda del Valencia sigue aumentando día a día , no olvidemos que desde la llegada de Llorente los ingresos añadidos brillan por su ausencia y en cambio hubo que solicitar un nuevo préstamo de 50 millones de euros y el plan de austeridad parece haber afectado solo a los empleados del campo y de las tiendas del club, de otro modo no se explica lo de los 70.000 euros de prima por cabeza.
Y para colmo, mientras se les llena la boca anunciando que, debido a los problemas económicos, hay que volver a mirar hacia la cantera, se deja morir al Mestalla que, de forma lamentable, ha descendido a tercera división sin que nadie mueva un dedo por evitarlo.
Vergonzoso, aunque para muchos haya sido brillante
